Coronavirus - Perros

¿Qué enfermedad provoca el Coronavirus? 

Se trata de una infección vírica intestinal que, aunque suele durar poco tiempo, puede ser muy desagradable. El agente causal es un virus que pertenece a la familia de los Coronavirus.  Hay otros miembros de esta familia que producen enfermedades en muchas especies de animales y aves, pero el ser humano no puede verse afectado por el Coronavirus canino.

¿Cómo se transmite?

Los perros infectados transportan el virus en sus heces (y posiblemente en la saliva) durante una o dos semanas o incluso durante más tiempo en algunas ocasiones. El virus es ingerido a través de platos contaminados o mediante contacto directo con un perro infectado y las condiciones sanitarias deficientes favorecen la transmisión. El periodo de incubación (que va desde el momento de la ingestión hasta que aparecen los síntomas clínicos) es de uno a cinco días.

¿Cuáles son los síntomas de la infección por Coronavirus?

Muchas infecciones son subclínicas (asintomáticas) o leves y transitorias. Las infecciones ocasionales y los brotes suelen ser más graves en cachorros y las infecciones mixtas con Parvovirus, por ejemplo, pueden agravar el problema. Es típico que aparezca una diarrea de forma súbita, acompañada de depresión y pérdida de apetito. Por lo general, las heces son líquidas, de color anaranjado y olor fétido y pueden contener moco o sangre. 

¿Existen otras enfermedades que puedan confundirse con el Coronavirus?

Hay muchas causas de diarrea en perros y todas pueden parecerse al Coronavirus. Los casos graves se pueden confundir fácilmente con Parvovirus y las dos enfermedades pueden darse de forma simultánea. Asegúrese de visitar al veterinario si su perro tiene diarrea y no se resuelve en pocos días o si va acompañada de depresión o pérdida de apetito.

¿Existe algún tratamiento?

No existe ningún medicamento que mate el virus. De todos modos, como ocurre con casi todos los virus, la duración de la enfermedad es generalmente corta. Se suelen utilizar antibióticos porque es frecuente que aparezcan infecciones bacterianas secundarias. Mantener al perro en ayunas durante 24 horas y reintroducir la comida de forma progresiva puede ser suficiente, pero también puede producirse una deshidratación que ha de tratarse con fluidos intravenosos. Es recomendable consultar con el veterinario cuanto antes para tratar correctamente la enfermedad desde el  principio.