Piometra

¿Qué es una piometra? piometra

En términos simples, un piometra es una infección uterina, pero en la mayoría de los casos es mucho más difícil de tratar que un infección rutinaria.  

La infección del útero se instaura a consecuencia de determinados cambios hormonales. Tras el estro (celo), los niveles de progesterona permanecen elevados durante 8-10 semanas y producen un engrosamiento de la mucosa uterina para preparar la gestación. Si no se produce una gestación durante varios ciclos sucesivos, la mucosa sigue aumentando de grosor hasta que aparece la formación de quistes. Esta mucosa quística secreta un fluido que crea el ambiente ideal para el crecimiento de las bacterias y los niveles altos de progesterona inhiben la capacidad de la musculatura de la pared uterina para contraerse.

 

¿Existe alguna otra situación en la que se den alteraciones en el útero?

Si. La administración de fármacos basados en la progesterona también puede provocar esta situación. Además, los estrógenos aumentaran los efectos de la progesterona sobre el útero. Los fármacos que contienen estas dos hormonas se utilizan para tratar determinadas enfermedades del sistema reproductor.


¿Cómo llegan las bacterias al útero?

El cérvix es la puerta de entrada al útero y  se mantiene firmemente cerrado en todo momento a excepción del celo. Cuando esta abierto, las bacterias que se encuentran en la vagina pueden entrar en el útero con facilidad. Si el útero es normal, el ambiente no es adecuado para el desarrollo bacteriano, pero cuando la pared uterina está engrosada y presenta quistes, se dan las condiciones perfectas para que las bacterias se desarrollen. Además, en estas situaciones anormales la musculatura uterina pierde su capacidad de contracción, lo que implica que las bacterias no pueden ser expulsadas del útero. 

 

¿En qué situaciones se da?

Las piometras se pueden dar en animales de mediana edad, aunque son más frecuentes en perros de edad avanzada. Después de muchos años de ciclos sin gestación, la pared uterina sufre cambios que favorecen la enfermedad.

Típicamente las piometras aparecen entre 1 y 2 meses después del celo.

 

¿Cuáles son los síntomas de un perro con piómetra? 

Los síntomas dependen de si el cérvix está abierto o cerrado. Si está abierto el pus sale desde el útero hacia el exterior a través de la vagina. Con frecuencia se observa la presencia de secreciones en la piel  o el pelo debajo de la cola o en las sábanas o superficies en las que se ha echado el animal. El cuadro puede ir acompañado o no de fiebre, aletargamiento, anorexia y depresión.   

Si el cérvix está cerrado, el pus que se forma no puede salir al exterior y se acumula en el útero provocando distensión abdominal. Las bacterias liberan toxinas que pasan a la circulación y los animales afectados presentan cuadros graves de evolución muy rápida. Los síntomas típicos son anorexia, depresión marcada y apatía y también pueden aparecer vómitos y diarrea. Las toxinas bacterianas afectan la capacidad del riñón para reabsorber líquidos y se observa un aumento de la producción de orina y del consumo de agua. Estos últimos síntomas aparecen tanto en las piometras abiertas como en las cerradas.

 

¿Cómo se diagnostica? piometra-3

Siempre que observemos que una hembra no castrada bebe mucho y no se encuentra bien, hemos de sospechar una piometra, en especial si además presenta secreción vaginal o distensión del abdomen. Los animales afectados presentan un aumento marcado del recuento de glóbulos blancos y con frecuencia aumentan también las globulinas (un tipo de proteína producida por el sistema inmune) a la vez que tienen una densidad de la orina muy baja debido a los efectos tóxicos de las bacterias en los riñones. No obstante, todos estos síntomas pueden aparecer en otros casos de infección bacteriana grave.

Si el cérvix está cerrado, las radiografías permiten identificar el útero dilatado. Si el cérvix esta abierto la dilatación uterina es tan pequeña que las radiografías no permiten un diagnóstico definitivo. La ecografía puede ser útil para detectar la dilatación del útero y distinguirla de una gestación normal.

 

¿Cómo se trata?

El tratamiento de elección es la extirpación quirúrgica del útero y los ovarios. Esta intervención se denomina ovariohisterectomia (castración), pero en los animales con piometra el compromiso metabólico es grave, y la cirugía no es tan rutinaria como en un perro sano. En la mayoría de los casos es necesario administrar fluidos intravenosos después de la intervención y suelen prescribirse antibióticos durante 1-2 semanas.

 

Mi perra  es un animal de cría muy valioso ¿existe algún tratamiento que no sea quirúrgico?

Existe la posibilidad de intentar un tratamiento médico en casos de piometra. Las prostaglandinas son un grupo de hormonas que reducen los niveles de progesterona en sangre, relajan y abren el cérvix y contraen el útero para que pueda expulsar las bacterias y el pus. Su administración puede llegar a resolver el problema, pero no siempre son útiles y tienen limitaciones importantes.

1.       Tienen efectos secundarios como intranquilidad, jadeo, vómitos, defecación, salivación y dolor abdominal. Los efectos secundarios aparecen alrededor de 15 minutos después de la inyección y duran varias horas. Su intensidad disminuye progresivamente y pueden atenuarse con paseos durante los 30 minutos posteriores a la administración.

2.       No se produce una mejoría clínica hasta 48 horas después del tratamiento, por lo que los animales muy deteriorados no son buenos candidatos.

3.       Debido a las contracciones uterinas que provocan, es posible que el útero llegue a romperse y extienda la infección a la cavidad abdominal, sobre todo cuando el cérvix está cerrado.

Hay algunas estadísticas que le conviene conocer a cerca de este tratamiento.

1.       El porcentaje de éxito en el tratamiento de una piometra con el cérvix abierto es del 75-90%

2.       El porcentaje de éxito en el tratamiento de una piometra con el cérvix cerrado es del 25- 40%.

3.       El porcentaje de recurrencia es del 50-75%

4.       Las posibilidades de criar con éxito posteriormente son del 50-75% .

 

¿Qué pasa si no se aplica ninguno de estos dos tratamientos?

Las posibilidades de que el tratamiento tenga éxito sin cirugía o prostaglandinas son extremadamente bajas. Si no se trata rápidamente los efectos tóxicos de las bacterias pueden ser fatales y si el cérvix se cierra es posible que se produzca una ruptura uterina y la infección pase a la cavidad abdominal con consecuencias fatales para el animal.

 

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