Diabetes Mellitus en Perros - Perros

Este folleto contiene información general sobre la diabetes mellitas en perros. Si busca información sobre su tratamiento, consulte nuestra hoja “Diabetes Mellitus: principios del tratamiento” y “Diabetes Mellitus: tratamiento con insulina”.

 

¿Qué es la diabetes?healthy_pancreas_with_stomach_spanish_2017-02

 
La diabetes mellitus es una enfermedad del páncreas. El páncreas es un pequeño pero vital órgano localizado cerca del estómago. Tiene dos tipos diferentes de poblaciones de células. Uno de los grupos de células produce los enzimas necesarios para la digestión. El otro grupo de células, las células beta, producen la hormona insulina. La insulina regula los niveles de glucosa en la sangre y controla la liberación de glucosa a los tejidos del organismo. En términos simples, la diabetes mellitus esta provocada por un fallo del páncreas en la regulación del azúcar sanguíneo.

 Los signos clínicos vistos en la diabetes mellitus están relacionados con las elevadas concentraciones de azúcar en la sangre y la incapacidad del cuerpo de usar esta glucosa como fuente de energía.  


¿Cuáles son los signos clínicos de la diabetes y por qué ocurren?
 


Los cuatro principales signos clínicos de una diabetes mellitus no complicada son el incremento de la sed, incremento en la orina, pérdida de peso y aumento del apetito.

La glucosa es una sustancia vital que aporta la mayoría de la energía que necesitan las células, y para que puedan utilizarla debe estar dentro de las células. La insulina se une a sus “receptores” en la superficie de las células, permitiendo que se abran los “poros” a través de los cuales la glucosa pasará dentro de las células. Si no hay una cantidad suficiente de insulina para “abrir las puertas”, la glucosa es incapaz de entrar dentro de las células y se acumula en la sangre, iniciándose así una serie de eventos que en última instancia pueden llegar a ser fatales. 

 

“Cuando no hay suficiente insulina, las células del cuerpo se quedan sin su fuente de energía primaria.”

 

Cuando no hay suficiente insulina, las células del cuerpo se quedan sin su fuente de energía primaria. En respuesta a este déficit de energía el cuerpo empieza a movilizar las reservas de grasa y proteínas como fuente de energía, provocando pérdida de peso. Este “ayuno” aparente estimula el hambre y el perro comerá más, de esta manera  tendremos un perro que pierde peso a pesar de tener un mucho apetito. El cuerpo intentará eliminar el exceso de glucosa excretándolo por orina. La glucosa atrae agua, de forma que se perderán muchos fluidos por la orina, produciéndose una gran cantidad de orina. Para evitar deshidratación, el perro beberá más agua.

 
Algunas personas con diabetes necesitan inyecciones de insulina mientras que otras toman medicación oral. ¿Esto también pasa en perros?

 
En personas hay dos tipos de diabetes mellitus. En los dos tipos lo que ocurre es que no hay una correcta regulación del azúcar de la sangre, pero los mecanismos por los que ocurren son diferentes.

 

“La diabetes mellitus tipo I es la causa más común de diabetes en perros”

 
La diabetes mellitus tipo I (también conocida como diabetes mellitus dependiente de insulina) resulta de una destrucción total o casi total de las células beta del páncreas. Es el tipo más común de diabetes en perros. Como el mismo nombre indica, los perros con este tipo de diabetes requieren inyecciones de insulina para estabilizar la glucosa sanguínea.

 
La diabetes mellitus tipo II (también conocida como diabetes mellitus no insulina dependiente), se diferencia del otro tipo porque sí que hay células productoras de insulina que aún funcionan. Sin embargo, la cantidad de insulina producida es insuficiente, hay un retraso en su secreción, o las células del perro son relativamente resistentes a la acción de la insulina (lo que se llama resistencia a la insulina). La diabetes tipo II puede ocurrir en perros viejos obesos. La gente con este tipo de diabetes pueden tratarse con fármacos orales que estimulan la producción y liberación de insulina en cantidades suficientes para normalizar la glucosa en sangre. Desafortunadamente, los perros no suelen responder bien a estos tipos de medicaciones orales y normalmente necesitan insulina para controlar la enfermedad. 
 

¿Cómo se diagnostica una diabetes mellitus?

 
Se sospecha de una diabetes mellitus por la presencia de signos clínicos típicos (exceso de sed, exceso de orina, exceso de apetito y pérdida de peso). Se confirma con la medición de unos niveles altos de azúcar en la sangre y la presencia de glucosa en la orina.

 

Los niveles normales de glucosa en la sangre son 80-120 mg/dl (4,4-6,6 mmol/L). Después de una comida copiosa o muy rica en azúcares la glucosa puede llegar hasta 250-300 mg/dl (13,6-16,5 mmol/L). Sin embargo, la diabetes es la única enfermedad que puede hacer que la glucosa llegue a valores por encima de 400 mg/dl (22 mmol/L). Algunos perros diabéticos pueden llegar a tener niveles de glucosa por encima de 700-800 mg/dl (44 mmol/L), pero la mayoría presentan glucosas que se mantienen entre 400-600 mg/dl (22-33 mmol/L).  

Para mantener siempre glucosa en el organismo, en condiciones normales, los riñones no dejan filtrar la glucosa con la orina hasta un determinado valor de glucosa en la sangre. Esto significa que si los niveles de glucosa en la sangre son normales no encontraremos glucosa en la orina. Cuando los niveles en sangre están por encima de 180 mg/dl, el exceso de azúcar en la sangre se elimina en los riñones y entra en la orina. Esto es el motivo por el cual las personas y los perros con diabetes mellitus tienen azúcar en la orina (llamado glucosuria) cuando los niveles de insulina son bajos.  

 

¿Cómo se trata la diabetes mellitus en los perros? ¿Es caro el tratamiento?
 

“Los perros con diabetes mellitus requieren…. inyecciones diarias de insulina… cambio dietéticos.”

 

Los perros con diabetes mellitus requieren una o más inyecciones diarias de insulina, y casi todos requieren algún tipo de cambio dietético. Generalmente, deberán alimentarse cada día con la misma comida, la misma cantidad de comida y a la misma hora. Aunque es posible que el perro que no recibe la dosis de insulina un día no tenga ninguna crisis, no debería tomarse como rutina. El tratamiento tendrá que formar parte de la rutina diaria del perro. Esto se traduce en una responsabilidad económica y personal del propietario. Por ejemplo, si usted está de vacaciones o no puede ocuparse de él durante unos días, debe asegurarse de que alguien se ocupe de él y reciba el tratamiento en su ausencia. Una vez su perro esté bien regulado, el tratamiento y los costes de mantenimiento se reducen mucho. La insulina, jeringuillas y la dieta especial no son caras. Sin embargo el gasto económico puede ser mayor durante el proceso inicial de regulación o en el caso de que apareciesen complicaciones.

 

Su perro puede necesitar hospitalización durante los primeros días si está en crisis diabética hasta que se regule la insulina. La “crisis inicial” es más grave en el caso de que su perro esté muy enfermo y lleve días sin comer ni beber. Esta situación recibe el nombre de “cetoacidosis diabética” y puede requerir varios días de cuidados intensivos. Si su perro no está tan grave, la hospitalización puede durar solamente uno o dos días para evaluar la respuesta a la insulina. Una vez esté la glucosa controlada, su perro podrá volver a casa para que usted siga el tratamiento. Inicialmente, serán necesarias revisiones frecuentes, cada tres o siete días, para monitorizar el progreso. Este proceso puede durar un mes o más hasta conseguir una buena regulación de la insulina.  

Si aparecen complicaciones, es posible que se el tratamiento se encarezca. Aunque su veterinario utilice todos los medios que tiene a su alcance para ayudar a su perro, en ocasiones conseguir que el paciente regule su glucosa es difícil. Es muy importante entender y llevar a cabo correctamente todas las instrucciones de medicaciones, dieta y monitorización en casa. Una de las complicaciones más graves que pueden producirse es la “hipoglucemia”, o bajada de azúcar, que puede ser muy grave. Aparece cuando no se aplica la insulina correctamente.  

¿Cuál es el pronóstico para un perro con diabetes mellitus?

 

Una vez la diabetes está controlada, el pronóstico es bueno, siempre y cuando el tratamiento y la monitorización sean constantes. La mayoría de perros con diabetes tienen una buena calidad de vida con pocos síntomas.

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